Com ja sabeu, durant aquestes setmanes estem treballant l'anomenada crisi dels refugiats sirians. Treballar suposa mirar d'entendre, sentir i desenvolupar el nostre esperit crític. Fruit de tot això és el text que ara us presentam de Tamara León (Accés a CFGS). Aquí també podreu llegir altres textos on els seus autors i autores manifesten el seu punt de vista.
El auténtico
drama que está viviendo Siria se ha convertido en una de las peores crisis
migratorias del mundo desde la 2ª Guerra Mundial, ya que sólo en España se
prevé acoger a 14.931 refugiados. A causa de la crisis que muchos países
arrastran, se están viendo desbordados por la llegada masiva de refugiados, y
es que por lo que tengo entendido, dar asilo a una familia implica garantizarle
sanidad, vivienda y educación a sus hijos, así como ayuda de los servicios
sociales para su inclusión en la sociedad.
Desde la
desoladora fotografía del niño ahogado en una playa turca, parece que al herir
nuestra sensibilidad tomamos conciencia de lo que realmente estaba ocurriendo,
y es que todos tenemos un hijo, un sobrino o un primo con el que identificarlo.
El ciudadano de a pie puede ayudar
donando cantidades de dinero o acogiendo refugiados en sus casas, pero pienso
que así no atajamos el problema de raíz. La solución pasaría por frenar el
conflicto en Siria y la expansión del Estado Islámico.
Como
reflexión final, me pongo en la piel de esas familias, dejando sus hogares -que
ahora sólo son escombros a causa de una de tantas bombas-, yéndose con lo
puesto, arriesgándose a morir por el camino, pero aún, con el brillo de la
esperanza asomando levemente en sus pupilas llenas de miedo. Y yo, planteo una
cuestión a todo aquel que critica a estas personas, ¿tú no lo harías, no
lucharías y exprimirías al máximo la mínima oportunidad de salvar a tu familia?
Hablando
desde lo personal, estoy de acuerdo en que ayudemos, pero siempre en la medida
de lo posible y sin olvidar a los ciudadanos de nuestro país, que son muchos
los que han perdido su puesto de trabajo y a raíz de eso han perdido sus
hogares y tienen que mantener a una familia con una ayuda de 400€, una ayuda
con fecha de caducidad. Y es que en España también hay gente pasando hambre. Con
esto me planteo que hace tiempo el valor de la humanidad dejó de ser una
prioridad en el lugar donde vivimos.
Tamara León (Accés a CFGS)
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