Nunca perderemos la esperanza
Yo soy Asil y tengo 12 años. Mis hermanos y yo caminamos por el campo y sobre las vías del tren. Estamos un poco cansados, pero nos 
esforzamos mucho para poder llegar a la escuela a tiempo. 
Las piedras del camino nos hacen heridas en los pies, pero
 ya aprendimos a asimilar el dolor. Tenemos que andar muchos quilómetros
 para ir a la escuela, no tenemos medios para otra. 
Somos niños muy humildes y sencillos. Nos entristece que 
algunas personas se burlen de nuestro aspecto. Hay momentos que tenemos 
miedo porque nos insultan y salimos corriendo. 
Lo único que tenemos claro es que nunca perderemos la esperanza y siempre iremos adelante para ser alguien de mayores.   
Dévora Mishel Carrasco (3r ESPA)

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